lunes, 4 de febrero de 2008

Embarazo, Lactancia, y Bebés Veganos

Si estás embarazada y eres vegana o casi, te encontrarás mucha gente a tu alrededor preocupada por tu salud: familiares, amigos, médicos, ... Esto puede hacerte incluso que dudes de si debes seguir siendo vegana, pues lo último que quieres es dañar la salud del futuro bebé. Pero no hay motivo para preocuparse. Hay muchos veganos que son padres de niños veganos que se han desarrollado estupendamente.

Diferentes estudios han puesto de manifiesto que los bebés de padres veganos pesan lo mismo al nacer que los demás y que el embarazo de sus madres ha sido normal.

Durante este período crítico nutricional, debes tener en cuenta que el bebé absorbe todos los nutrientes directamente de ti, y deberás tener buenas reservas. Por tanto, si deseas estar embarazada, es buena idea introducir ya los cambios necesarios en tu dieta.

Durante el embarazo tus necesidades de energía aumentan en un 10-15%, pero tus necesidades de minerales y vitaminas en un 20-100%.

No tengas miedo de no ingerir proteínas suficientes, tan sólo necesitas unos 10-20 gramos más que las mujeres que no están embarazadas.

Las necesidades de hierro aumentan considerablemente, pues son necesarias para la formación de glóbulos rojos. Esto se compensa con el aumento de la absorción de hierro por parte del cuerpo y la disminución de las pérdidas de hierro (desaparece la menstruación). De todas formas, hay riesgo de deficiencia de hierro durante el tercer trimestre de embarazo y por ello se recomienda doblar la ingestión de hierro (de 15 mg/día a 30 mg/día) durante este período. Esto es igual para veganas que para no veganas, y no se ha demostrado que la deficiencia de hierro durante el embarazo sea mayor en veganas. Son buenas fuentes de hierro las legumbres, el tofu, las nueces, las semillas, las frutas desecadas, los cereales integrales y los vegetales de hoja verde. Si tomas estos alimentos combinados con algún otro que sea rico en vitamina C, aumentará la absorción del hierro considerablemente. Evita tomar te y café durante las comidas, pues impiden la absorción del hierro.

La carencia de zinc se relaciona con el riesgo de aborto o malformaciones en el bebé. Durante el embarazo se recomienda ingerir 15 mg de zinc al día, 3 mg más que si no estuvieras embarazada. Incluye en tu dieta alimentos ricos en zinc, como legumbres, nueces, semillas y cereales integrales.

El calcio colabora con la adecuada formación de los huesos y dientes de tu futuro bebé, así como sus nervios, músculos y el funcionamiento de la sangre. Tu cuerpo tiene grandes reservas de calcio (tus huesos), así que el bebé tendrá suficiente. Para evitar utilizar tus preciadas reservas de calcio, es importante que ingieras suficientes alimentos ricos en este mineral. Durante el embarazo, la absorción de calcio aumenta. Son recomiendados el tahini, las algas hiziki y el brócoli.

La vitamina D es necesaria para una correcta absorción del calcio. Las cantidades recomendadas de vitamina D para embarazadas son las mismas que para no embarazadas: 5 mg/día. La vitamina D puede obtenerse del sol.

Se desconoce el impacto que puede tener la deficiencia de reservas de vitamina B12 de la madre en las reservas de vitamina B12 del bebé. En cualquier caso, te remito a la página 57, donde se habla exhaustivamente sobre dicha vitamina. Las algas y los productos fermentados derivados de la soja no son fuentes fiables.

El ácido fólico es una vitamina del grupo B que se ha relacionado con problemas neurológicos en el bebé, que pueden ser evitados en un 50% de los casos, aumentando el ácido fólico durante el momento de la concepción y los primeros meses de embarazo. La dosis diaria recomendada para embarazadas es de 600 mcg. Las dietas veganas contienen bastante más ácido fólico que las no veganas. Se encuentra en las legumbres y las verduras de hojas.

De los ácidos grasos esenciales, omega-6 (linoléico) y omega-3 (alfa-linoléico), los veganos sólo han de preocuparse por el segundo, cuya

fuente principal es el pescado, pero puede subsanarse tomando dos cucharadas de aceite de colza al día.
No hay mejor alimento para la mente y el cuerpo de tu bebé que la leche materna, expresamente designada para proveerles del correcto equilibrio entre nutrientes para un crecimiento y desarrollo óptimos. La tasa de mujeres que deciden darle el pecho a su bebé es notablemente superior entre mujeres veganas, además lo hacen durante largos períodos de tiempo. Se recomienda dar de mamar al bebé durante un mínimo de 1 año, siendo deseables 2 años o más.

La composición nutricional de tu dieta afectará a la composición de tu leche, especialmente las vitaminas. Lo que ingieras tendrá un tremendo impacto en la composición de la grasa de la leche. Es importante ingerir suficiente ácido graso omega-3 durante este período.

Los dos riesgos más comunes son las posibles arencias de vitamina B12 y vitamina D.
Se recomiendan 2,8 mcg/día de B12 durante la lactancia.
La vitamina D no debe ser un problema viviendo en España.

Durante el embarazo y la lactancia debes aumentar significativamente tu ingestión de nutrientes, en cambio aumentar tu ingestión de calorías sólo moderadamente, consumiendo unas 2.500 calorías al día.

La mayor prueba que puede pasar una dieta vegana para ver si es correcta es que la siga un niño. Si el niño está sano, que es el ser que se encuentra en su estado más vulnerable, entonces es que la dieta es posible.
Hay que tener en cuenta que los niños tienen necesidades nutricionales bastante distintas de las de los adultos, pues al estar creciendo rápidamente requieren más proteínas, grasas, vitaminas y minerales por kilo de peso en relación a los adultos.
Por ello hemos de alejarnos del modelo alimenticio diseñado para adultos, centrado en prevenir enfermedades degenerativas, y acercarnos a un modelo que priorice el crecimiento y desarrollo óptimos.

Hasta que cumplen 3 años, crecerán a muy buen ritmo gracias a la leche materna, que es lo único que necesitan durante los 6 primeros meses de vida. La leche materna fortalece su sistema inmunitario, reduce el riesgo de que desarrollen alergias, y la incidencia de enfermedades de tipo respiratorio, gastrointestinal, etc, a la vez que crea un vínculo de unión con tu hijo. Es muy cómodo y económico (leche siempre lista a la temperatura perfecta). La lactancia puede durar de forma natural hasta los 4 años. Se aconseja a las madres veganas que den de mamar a sus bebés al menos durante 2 años.

Cuando el bebé cuenta con 4-6 meses de edad, se sugiere introducir alimentos sólidos en su dieta. Si ves que está contínuamente hambriento a pesar de mamar 8 ó 10 veces al día, habrá llegado el momento.
Comienza introduciendo arroz y cebada, verduras y frutas en puré.
Después continúa con zumos de frutas.
Cuando tu hijo tenga entre 8 y 9 meses, puedes empezar a darle trocitos de frutas y pan; y cuando tenga un año estará listo para comer tus comidas veganas machacadas.

Obsérvale bien por si se desarrollan alergias; evita la sal y el azúcar, e intenta que su alimentación sea biológica. Cuida que no ingieran una cantidad de fibra excesiva, evita el salvado.

0 comentarios:

Design konnio.com